Confusión… esa es la única palabra
que retumba en mi mente.
Debo confesar que era mi intención
dejar de lado todo esto del blog… realmente no es un habito fácil de “tomar” y
me estaba costando bastante siendo apenas ayer el segundo día.
Es que todo aquello de la “catarsis”
me da vueltas y vueltas. No sé qué tanto de catarsis haya en todo esto. No sé
si solo estoy siendo un poco más joven que adulto y simplemente este buscando atención,
atención de no sé quién. Realmente nunca me ha gustado ser alguien que llame la
atención, de hecho, prefiero pasar por alguien introvertido y poco conversador
que por alguien que todo lo que hace lo hace más que pensando buscando ser el
centro de atención.
El punto es que son exactamente
las 03:00 am y estoy despierto como de costumbre, con mil líos tontos en la
cabeza que creo son la razón de mi insomnio. Estando en medio de la oscuridad
de mi cuarto de repente, una luz destellante eclipsa todos mis pensamientos, todo se envuelve en un velo de luz y como propio
de la más divina de las epifanías, siento que todo a mí alrededor se torna algo
irreal. Me toma dos segundos procesar lo que esta pasando. No era ninguna
experiencia del tercer tipo, es la alarma de mi celular sonando, me avisa que hoy es 26 de noviembre y que justamente esta
noche, en plena madrugada se cumple el vigésimo tercer aniversario de mi
natalicio (quizá todo aquello sonó un poco dramático, pero es mi cumpleaños ¡¡Creo
se vale!!). Con la alarma recuerdo que es momento de hacer un pare y pensar
mejor las cosas, aunque sea una madrugada más, no puede ser como todas las demás.
Estoy cumpliendo 23 años!!
Bueno, ya he dicho algo de mí, mi
edad. ¡¡Guau!! retumba en mi mente “cuanta información”. Mejor les cuento algo más.
Como he dicho, estoy cumpliendo años. Es importante para mí aclarar que no soy ningún
grinch de las festividades ni nada por el estilo, pero lo cierto es que no me
gustan mucho las celebraciones, más aun cuando soy yo el centro de atención, como
hoy, mi cumpleaños, pero esa aversión también incluye navidad y año nuevo entre
otras. Es que siendo sincero, no sé si realmente Jesús, en su faceta de Dios
todo poderoso, disfruto mucho de todo este festejo de la navidad. Si tenemos en
cuenta el trasfondo simbólico de una de las fiestas mundialmente más grandes y
difundidas, no sé qué tan alentador sea para Él el panorama. Tener puntos múltiples
¡¡MÚLTIPLES!! puntos de festejo y sumado a eso, tener que compartir y aguantar a todos
aquellos que han venido a felicitarte en “una fecha tan especial”. Yo diría que
más que agotador, resulta caótico. Ahora sumemos a todo esto el valor comercial
que actualmente representa la fecha y si hacemos la salvedad de que hoy en día
lo más importante es recibir y recibir, estoy casi seguro que Jesús adoptaría una
posición similar a la mía y declararía pecado tal derroche de suntuosidad y banalidad
con el que muchos relacionamos la navidad.
Pero bueno, recordemos que es
solo mi cumpleaños y que yo no soy el niño Dios, ni menos que menos motivo de
festejo mundial, así que dejemos todo eso de lado y retomemos lo mío y ¿qué es
lo mío? Ah sí, mi reacia y solemne actitud un tanto huraña ante los festejos, sobre
todo a los que giran en torno mío. Sobrara entonces mencionar que poco me gusta
ser felicitado, así que espero la única alarma que haya sonado sea la mía y
bueno, la de mi mamá. Esa la lleva ella integrada, no hay como sacarle de la
sien esa fecha. Es que comparto el mismo día de cumpleaños con mi hermano dos
años menor que yo, pero eso es otro lio, que realmente no es ningún lió, quizá
otro post más adelante en el blog. Retomando, sino soy felicitado, no hay
regalos. Se me hace horrible eso de que cualquiera crea que puede darte algo
que termina siendo absurdo, poco
apreciado y nada útil. Si se trata de detalles, solo los espero de parte de mi
familia, y no más que compartir distantemente un poco con ellos, pues han
sabido entenderme muy bien y respetar mis por demás extrañas preferencias. De mí,
de mi espero algo más, no sé qué tanto más, pero por ahora, solo esto, hacer una entrada más (esta entrada) y
compartir un poco de lo que hace lio en mi mente, siendo mi cumpleaños me lo
puedo permitir. Ah y devorar la que espero sea una enorme torta de manzana que no
deseo compartirle a nadie.
No hay comentarios:
Publicar un comentario