Hemos sido el uno al otro, como un día de playa de verano, en medio de todo el caos rutinario.
Me diste un respiro de aire puro y fresco, que me ha removido los tuétanos. Que me ha recordado que puedo, debo y me merezco sentir todo aquello que tu, con tu metro ochenta y siete, piernas largas y fornidas, cabello lacio oscuro y piel clara despertaría en todo aquel que le mire con deseo.
Espero yo, haber sido para ti, cuando menos el 10% de toda esta chispa que por breves instantes me haz permito experimentar. y es que, que injusto resulta el imaginarme recibir sin entregar. Me haz dado mucho, tanto que me cuesta entender que este día de playa de verano con brisa fresca, es solo eso. Y que tanto tu como yo debemos volver a nuestras atormentadas realidades. Espero que al igual que yo, tu puedas hacerlo ahora con energías renovar, sintiéndote fuerte e indestructible y con la idea, la meta clara de derrotar todo aquello que te hizo coincidir junto a mi, a esta mansa playa de arena blanca.
Qué hay reproches, claro. No todo puede ser perfecto, aunque desconozco tal cosa, y no pretendí serlo o que lo fueras. No pretendo encontrarlo o lograrlo.
Hoy se que todas estas ganas de ser mejor vienen de ti. Que este anhelo y deseo de crecer y cultivarme me lo haz dado tu. Y te lo agradezco, realmente no sabes cuanto.
Me reprocho, el quizá, no haberme mostrado tan fuerte y claro ante tus ojos. No haber quitado esa venda que cargas y te ciega, a ver lo grandioso que eres y hacia donde debes dirigir toda esa ferviente, juvenil y viril energía. Espero tiernamente, que puedas ser un tanto benevolente conmigo por tan grande falta.
Hoy eres mar, arena, sol y brisa cómo está playa en la que estamos. A la que un día llegamos y de la que debemos volver. Porque intento y no lo consigo, entender, pero me toca aceptar. Y lo hago. Pero a la vez pienso en que coincidiré algún día con alguien mas, como espero tu lo hagas, y nuevamente haya sol, mar arena y brisa.
Son tus labios la espuma de esas olas de las que esperaría siempre el va y ven, y de las cuales acepto el tener que partir.
Y brota el salado mar de mis ojos, cuando no consigo aquel ultimo beso en mis recuerdos. Y quisiera negar todo esto y rehusarme a la realidad. Pero el aferrarme es un recurso del que me pides no me valga mas.
Lo siento en los pulmones, como encharcados y oprimidos por mi tórax. Mis intestinos, que suben por mi estomago hasta mi garganta y la envuelven y la aprietan, me estrangulan, casi no respiro. Me ahogo en la ansiedad de reconocer este panorama como familiar. Y mas aun al recordar, que aunque recurra a la rabia, nada cambiara, siempre ocurrirá igual. Y es que fuimos brisa fresca en nuestros rostros. Eso fuiste para mi y espero haberlo sido para ti. y se que esto es solo inicio del camino el cual recorreremos volando, tu con tu esencia y tu magia, hasta refrescar la cara de alguien mas.
Me asusta un poco la idea de lo que viene, del día a día. La cotidianidad. El paso del tiempo que nos distorsionará. Me aterra pensar que no me pensaras igual, que no te pensare igual. Que seremos rostros distintos hasta que nos borre el olvido. Que un día cualquiera al volver a casa, no te reconozca mas, que quizá hayas sido el extraño del pasillo al que pretendí ignorar, porque no esta.
Vamos de regreso, fuertes y valientes, de una vez y definitivamente por todas a la realidad. Vamos a cambiarla, seguir siendo mejores y a volar y soñar y sentir otras playas y otras brisas y despeinar a alguien mas.
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